miércoles, 29 de mayo de 2013

A través de la Inmersión

La primera vez que te pones el traje de buzo, el chaleco, el tanque de buceo y el regulador en la boca y a la voz de “al agua” tu mundo, lo que conoces y la perspectiva que tienes de él cambia radicalmente. 

En tu primera inmersión en aguas abiertas, el mar, lo primero que tu vista observa es la inmensidad del azul, tus oídos escuchan los latidos de tu corazón y tu respiración que en este momento es agitada por la emoción. Tu piel comienza a sentir la temperatura y el penetrar del agua a través del traje. En pocos segundos tu instructor pregunta OK? con sus manos y tú contestas aun no seguro de ello OK! ahí comienza todo, una exaltación de sentidos que en tierra firme nunca percibiste a este nivel. El recorrido comienza con todo el grupo junto y seguro, vamos siguiendo al guía, en medio viene un apoyo o los de mayor nivel de certificación, al final un dive master (curso avanzado), tu instructor se divide entre el frente, el medio y el cierre de grupo vigilando todos tus movimientos, tu aire, tu flotación y tú ni cuenta te das de ello ya que tu atención está en el pez que ves pasar, en la lancha que se aleja y que a lo lejos se escucha, entre los colores de los arrecifes de coral y las formas tan distintas que tienen así como los tamaños.

Alcanzas a distinguir peces escondidos entre las piedras, en la propia arena, tus ojos cada vez más grandes de asombro ante estas maravillas y cuando menos te das cuenta el buceo termina, aquí sabes cuán relativo es el tiempo, has estado sumergido por 35 – 40 minutos y a ti te ha parecido un breve momento.

La parada de seguridad nos une de nuevo a todos en un grupo compacto que uno a uno y al tiempo del último subimos a la superficie.

¡Las caras de asombro!, a todos nos urge apartarnos el regulador de la boca pues todos tenemos mucho que expresar, aquí descubrimos que el lenguaje verbal es limitado ya que no encontramos las palabras para describir lo sentido, lo vivido.

Uno a uno comienza a desequiparse y con ayuda de la tripulación vamos subiendo a la embarcación, seguimos hablando todos al mismo tiempo y preguntándonos unos a otros ¿viste el pez morado? ¿viste la morena? ¿viste ese coral tan grande que parece un cerebro?

Ya todos abordo, la lancha comienza a moverse y nos reparten agua para hidratarnos, la emoción sigue a flor de piel y comienzan las preguntas al instructor, qué tipo de pez era ese? Y el otro? Y siguen y siguen las preguntas.

El tiempo de superficie casi siempre a bordo de la embarcación nos permite reflexionar a cerca de lo visto y vivido, nos damos cuenta de todo lo que nos habíamos perdido y descubrimos que lo que vimos en algún documental queda corto con lo que nuestros propios ojos presenciaron.

Pasado el tiempo de acuerdo a nuestras tablas de buceo, vamos de nuevo al agua, repetimos los pasos de equipamiento y listos! Más que nunca con ganas de ver qué encontraremos en esta segunda inmersión.

Continuará....

Yared Lazarín 
Cyana Todo Buceo

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