martes, 18 de noviembre de 2014

La forma, el color y la conducta se combinan en pro de la supervivencia.

“El espléndido tono azul del Linckya laevigata, que es una de las bellezas más admiradas del Pacífico precisamente por eso, sirve en realidad para avisar a los posibles depredadores de que su carne no ha de ser comida. Otros organismos como las gambas del género Periclimenes o los pequeños moluscos gasterópodos (Thika sp. K), se aprovechan de ello, viviendo pegados a ellos y adoptando su mismo color. Los nudibranquios, con su impresionante color, suelen avisar así a sus depredadores del escaso atractivo de su carne. Los colores aposemáticos aparecen en numerosos peces, incluyendo muchos peces globo, peces cofre o peces cobra (género Pterois y Dendrocirus). En algunos casos, el color acentuado indica solamente la parte peligrosa del animal, como ocurre con muchos Acantúridos, en los que las espinas en el pedúnculo de la cola (que no son sino escamas modificadas) a menudo se transforman en afilados filos similares a escalpelos”. 

Fuente:
Guía del mundo submarino


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